viernes, 29 de junio de 2012

Ôsaka

¡Buenas noches!

Son las 2 de la madrugada y estoy totalmente despierta, así que voy a proseguir a hacer el diario del día de hoy.

Como estos dos días íbamos muy muertos (supongo debido a que aún nos afectaba el jet lag) decidimos que hoy sería un día muy pero que muy light.

Para empezar, no nos hemos puesto despertador y hemos estado dentro de la cama hasta las 11.30 aproximadamente cuando hemos ido a por el desayuno para comerlo dentro de la cama vagueando.


Ya para la hora de comer, hemos decidido ir al castillo de Ôsaka, que yo recordaba que delante había paraditas para comer y...¡¡¡hemos comido takoyakiiii!!!


Después de comer hemos entrado en el castillo y lo hemos visto enterito. Lo malo es que en las plantas donde había cosas más bonitas estaba totalmente prohibido hacer fotos... Y no entiendo el motivo, simplemente si haces las fotografías sin flash no dañan a los objetos.


Saliendo del castillo de Ôsaka hemos aprovechado para ir a dar una vuelta por allí alrededor. De esta manera hemos visto el pequeño templo que hay allí al lado, el Ôsakajo y el gran parque que lo rodea todo.


Por la tarde-noche (que aquí a las 7-8 ya está todo oscuro) hemos ido hacia el barrio más famoso de todos: Dotombori. Creo que todo el mundo que le gusta Japón, ha visto en alguna ocasión el cangrejo gigante de Ôsaka o los neones del corredor al lado del río. Pues hemos pasado unas cuantas horas paseando por ahí. También hemos aprovechado para comer otro de los platos típicos de Ôsaka: el okonomiyaki. La verdad es que a mi me encanta. Y más que esta vez lo he pedido de todo tipo de pescado: con gambas, pulpo, sepia, almejas... Y estaba buenísimo.


Después de cenar hemos dado unas cuantas vueltas más por esas calles llenas de gente, de luces, de música y de mucho ambiente. Hemos entrado en varias tiendas de videojuegos y hemos alucinado viendo a la gente jugando. Hay cada máquina más rara y más complicada de jugar... Y me encantaría saber jugar a alguna de ellas, pero me daba vergüenza probarlo y hacerlo realmente mal ^^u


Para finalizar, cuando ya nos estábamos yendo, Eloi tenía muchas ganas de comer un helado pero no encontrábamos ningún sitio abierto donde hicieran y al final de la calle principal hemos encontrado un sitio genial. Te servías tú mismo y tenías diferentes tipos de yogur helado de diferentes sabores, luego le podías añadir todo el topping que quisieras y finalmente te lo pesaban. Según lo que pesara, eso era lo que te cobraban. La verdad es que estaba delicioso y estamos deseando volver a ir a Dotombori para comer ese súper "helado". Aunque la próxima vez voy a probar diferentes sabores =D

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